12 abril 2012

Crónica.

Amanece un viernes soleado en la Adrada, a donde nos dirigimos para lo que será la primera parte de nuestro proyecto: Fitoatocha. Nos recibe Axel y su familia, para presentar su jardín y distribuir a los grupos que, al ser tantos, hacían imposible una visita conjunta. Comenzamos, pues, nuestra primera parada.
 Después de que Axel nos explicara todas aquellas maravillas acerca de su jardín botánico, varias clases nos dividimos y buscamos un buen lugar para hacer fotos. Cierto es que durante todo el camino hacia el lugar buscado estuvimos haciendo la mayoría de ellas, grabando sonidos de la naturaleza y videos que explicaran con todo detalle lo bien que nos lo estábamos pasando. Nos gustó mucho hacer fotos a nuestro alrededor, ya que nos hacía reflexionar sobre qué rasgos de la naturaleza se asemejaban a todos aquellos aspectos que teníamos que fotografiar, como la simetría, el color, o el movimiento. 
Siendo sinceros, no fue fácil, pero al final, y poniendo todas nuestras ganas e ilusión conseguimos fotografiar cosas estupendas.

Comenzamos la segunda parada, la visita guiada. Al alcance de la mano tenemos el mundo entero, en lo que a plantas se refiere, por supuesto. Amelia, esposa de Axel, será nuestra guía en esta ocasión; transmite esa sensación de bienestar, de estar como en casa, nunca mejor dicho.
En busca de las ansiadas fotos nuestra imaginación, alada, sale a pasear; “saca una foto de ésto”, “fotografía aquello”, “quedaría genial desde aquí”... y demás no faltan en nuestras bocas. 
Las risas se desatan en el corral de las aves con los graznidos de la oca, aunque también la admiración por la valentía de la misma ante los zorros, según relató Amelia. Los animales, familiares por sus nombres: Lola la cerdita, Tomás el pony, Mika la perra o Ira la yegua, llaman la atención a primera vista, pero son las plantas las protagonistas de nuestro recorrido, desde el pino caído por la tormenta, hasta las coníferas o las pequeñas hierbas comestibles. Pequeñas macetas albergan lo que para nosotros es un simple brote, pero que algún día se convertirán en grandes árboles y arbustos, de los que nos beneficiaremos, como el árbol del yodo, por ejemplo. 
Para los exhaustos caminantes hubo una pausa, en la pequeña casita habilitada para nosotros. Pausa para beber agua y de nuevo en marcha. Con asombrosa facilidad, Amelia nos presenta la historia de las plantas más significativas del jardín. Al disponer de escaso tiempo, sabe a poco la visita tan fugaz, pero, cuanto menos, curiosa e interesante.


1 comentario:

  1. Texto bien redactado, con abundante vocabulario y agradable de lectura.
    El esfuerzo ha tenido su recompensa.
    Félicitations!!

    Marina Gude

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